Cool si te sacan tarjeta amarilla, cool si te sientan en el banco de suplentes porque no estás dando ni rindiendo al 101 %, cool si te das cuenta a tiempo que no estás hecha polvo, pero tampoco vivaaa.

Es que una vida bien vivida, donde exprimo mi ticket; no elijo hoy definirla en absoluto por los rincones del mundo que pueda visitar o de las cosas “épicas” que me sacudan al despertar.

Una vida bien vivida creo yo, va de saber cómo estar, donde mis pies están.

Es decir, cómo me cuido, como hago un hogar y riego el jardín diariamente, dentro de mi propia piel.

Porque la vida va a expandirse en proporción, de qué tan agradable estoy por dentro...conmigo.

Creo que como seres humanos requerimos de esas tarjetas amarillas para evolucionar, reparar y continuar.

...Rise & Shine!

Esa cirugía me ha hecho reflexionar sobre mi vida, de quienes me acompañan y de todo lo que me rodea.

Me di cuenta de que soy una persona llena de amor, pero también de contrastes; que juzga, que a veces es insegura, impaciente y que cree tener la razón la mayoría de las veces.

Vi lo peor de mi estos días, es decir vi como mi ego saltaba de inmediato cuando algo no le cuadraba, le incomodaba o cuando sentía que mi vida estaba en “peligro”.

Entonces fue un momento ideal para cuestionar creencias y elegir algo diferente para mi vida.

Además entender que es algo normal, es como un hábito, que hace parte del ser humano por default, el estar en constante cambio e incertidumbre.

"La herida es el lugar por donde entra la luz".

Gracias a esto, soy ahora más consciente de mi dualidad, de todas esas cosas que resisto y veo en otros, pero que ya las veo en mí de alguna manera y desde esa aceptación puedo ver al otro como es -luz y sombra- y en las mismas; otro ser humano luchando con su dualidad.

Al final creo que se trata de juzgar; no para tener la razón, sino para llevarlo a mi terreno de juego y trabajarlo desde esa consciencia, que me recuerda que algo de eso hay en mi para trabajar.

Es que como voy a poder diferenciar y valorar la vida si no hay contrastes en ésta, sino hay descubrimientos, si no hay una rendición de lo que era, para darle inicio a algo diferente de lo que era.

Además, si no veo la sombra que hay en mí, es imposible que pueda ver la del otro.

Por lo tanto, será difícil crear algo en común porque estaré relacionándome desde mi ego, que me impide aceptar la imperfección, lo mundano, "lo diferente" a mí.

Hay mensajes que tu ego no entiende porque son para tu alma. Permítete y déjate existir en el “no saber”. Un mal día para el ego, es un gran día para el alma.
¡Viva!

Por eso y por todo, se valen las ¡yellow card!

Para parar con todo y no tener otro lugar al que acudir, sino adentro de mi.

Un lugar tan bonito y preciado donde procuro escuchar mi intuición para confiar más en esa voz del alma, que en la de la mente, que desaprenda lo que ha estado condicionada a creer, que proteja mi paz sobre cualquier costo, que me recuerde lo valiosa que soy.

Que diga sí, sin titubear a todo lo que me conmueva y prenda.

Que haga las elecciones, de acuerdo a lo que esté alineado a mi integridad.

Que sea honesta conmigo, así duela...

Que viva en propósito, para que esa fe encendida sea el verdadero amor de mi existencia y se vuelva inquebrantable.

“Lo más grande que puedes hacer por ti es reconocer la compañía que eres, el valor que es tenerte.”

Y no creo que sea egoísmo, pues se trata de honrar desde lo más profundo de mi alma, descubriendo el amor que he estado buscando en otras personas y que ha estado ahí disponible. ¡Siempre!

Es hacer mi espacio de la tierra, el más hermoso lugar de estar, mientras esté aquí.

Porque si la alegría no está en las pequeñas cosas primero, las cosas grandes no se encontrarán del todo.

Priceless!

The LITTLE things in Life!

En este vertiginoso viaje llamado vida, es parte de ésta; encontrarnos atrapados en el día a día, en un sinfín de tareas y responsabilidades que parecen no tener fin.

Cada momento, cada día, cada semana, cada mes… trae su propio regalo disfrazado; pruebas, desafíos, aventuras y si no estamos atentos, el remolino nos atrapa, sumerge y consume.

Sin embargo, he descubierto que hay magia en la pausa.

Es decir, tomar una pausa consciente para respirar, para conectar, para recordar con esa nostalgia chevre– esa que te saca lágrimas- todo eso que amas y te conmueve con una energía bonita y poderosa.

Esos momentos son más que simples descansos, son bálsamos, son caricias para el alma, momentos de grounding que nos devuelven al fluir de la vida.

¡Nada te falta, si estás contigo!

Pues en medio del caos es vital que busquemos y nos aferremos a esas actividades que nos centran y nos recuerdan lo hermoso que es simplemente estar presentes; en la nada y con nuestros demonios también.

Porque es en esos momentos donde sanamos, nos fortalecemos y encontramos la chispa de la vida, el sentido y sin sentido de todo, lo absurdo y al mismo tiempo el equilibrio entre lo que nos agrada y resistimos.

Lo cool es que cada uno de nosotros cuenta con esa actividad especial que nos recuerda que vinimos a sentir todo de principio a fin y de todas las maneras posibles.

Y más importante aún, que vinimos a crear a través de nuestras pasiones.

Te invito a que encuentres ese ritual desde ahora y puedas inventar ese espacio, esa actividad, ese lugar sagrado que te recuerde el valor de cada segundo, que se va para no regresar.

¡De Vuelta a los Básicos!

Volver a los básicos se trata de darle la importancia que se requiere, a lo más valioso de tu vida, a lo que no tiene precio, a lo que te llena el alma, a lo que te mantiene en el presente y donde fluyes y se te pasa la noción del tiempo.

Por mi parte elijo volver a mis básicos las veces que se requiera, siempre serán prioridad para mí porque son mi manera de cuidarme, de sanarme, de levantarme cada mañana con una mentalidad de creación y posibilidad.

Porque entendí que así me curo por dentro, cuando la vida de repente me susurra que me abra o me saca la tarjeta roja.

Mis Básicos:

  • Miranda: su sonrisa y sus gagueos me inspiran muchas cosas sinceras y tiernas.
  • Descubrir un nuevo sabor: un sabor extraño y agradable; dulce y ácido al mismo tiempo.
¡El Maracuná!
  • Amigos: De los regalos más extraordinarios que trae la vida; humanos que eliges para transitar durante este periodo de vida.

¡No es casualidad porque tantas vidas, tantos lugares, tantos mundos y coincidir!

“Mis cicatrices me enseñan que soy capaz de curar, de adentro hacia afuera."
  • La Lectura: Volver a leer mi libro favorito y entender algo diferente a las otras veces porque simplemente estoy en un nuevo momento de vida.
¡Recomendadísimooo!
  • El Arte: Un nuevo medio de expresión y de transformación.
"El cuadrito para Miranda" by @musabi

¡Todo llega y todo pasa!

Ahora después de todo me doy cuenta, de que puedo aceptar las cosas, aunque no me gusten, que puedo hacer silencio para escuchar-me sin juzgarme, que puede alejarme y regresar a mí las veces que lo considere necesario.

También entender la importancia de honrar cada cosa sin apego y con mucha gratitud porque al final, lo importante no es tener la razón, sino crecer, aprender y sentirte bien adentro.

Así que lo interesante es como voy a implementar todo esto en la vida real, como hacerlo un estilo de vida que me sostenga, a pesar del día a día, de la entropía y de los nuevos desafíos que seguirán desafiándome a otro nivel.

“La confianza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido salga como salga.”

Me niego a acostumbrarme a que se me pase la vida en “lo que sigue”, porque mientras el después no está garantizado, el ahora sí. ¡No hay más!

Porque ahora más que nunca soy consciente de que no estoy exenta de nada, que depende de mí cuidarme y de vivir en amor y en urgencia de vida, de confiar, de ser.

Que la vida sorprender, es incierta y que cada día es una nueva oportunidad.

Que todo llega y todo pasa y es hermoso así.

Y que a la próxima tarjeta amarilla, ya no hay marcha atrás.

Buscas flores en las manos de otros y no has visto el jardín que llevas en el alma ¡Wow!

En resumen, no se trata de lo que hago, sino de cómo lo hago.

La pregunta clave todos los días sería, en vez de ¿Qué tan productivo fui hoy? ... ¿Qué tan presente estuve hoy?

Esa debería ser la gran medida del éxito, porque puedes tener todo el tiempo del mundo, pero si no estás presente...

¿Es realmente eso valioso?

¿Qué piensas tú?