Nada sucede porque sí.

Me gusta pensar que todo, absolutamente todo lo que sucede, todo lo que llega a mi vida -caótico o extraordinario- lo he manifestado, por lo tanto mi trabajo siempre es utilizarlo a mi favor y así poder crecer en consciencia y amor.

Nada más claro para explicarlo, como lo es la metáfora del fútbol y ahora con nuestra selección.

El fútbol es mucho más que 22 personas corriendo detrás de un balón, es mística, es paciencia, empatía, es compromiso y es crear lazos de amistad inquebrantables.

Es un espejo de la vida que sucede adentro de cada uno y que reflejamos en nuestro día a día.

Ahora estamos en modo Copa América y todo juega a nuestro favor, contagiados de éxtasis, júbilo y unión.

Y me atrevo a decir que el camino hasta aquí ya es ganador para todos los colombianos principalmente.

Recuerdo que, durante el colegio y la universidad, el fútbol fue muy significante para mí.

Se convirtió un espacio para liberar, correr, sudar, retarme, creer en mi liderazgo como capitana, siendo fuerte y vulnerable al mismo tiempo y sobre todo poder crear lazos de amistad muy fuertes.

No éramos solo compañeras, sino que había hermandad, lealtad y respaldo.

¡Fue una época especial y memorable!

Muchos recuerdos tengo todavía presente.

Y entre todos, me llega el día que por primera vez recibí un cartón rojo y entendí algo importante, después de sentir culpa y decepción conmigo ese día.

Aprendí sobre la dualidad del ser humano, la oscuridad y la luz que somos.

Que nadie es perfecto y estamos en constante aprendizaje, para ser más conscientes de esa sombra.

Por lo tanto, cuando subimos a alguien al pedestal, estamos olvidando que es un ser humano, con posibilidad de fallo y error.

Ver el partido desde ahí fue muy enriquecedor también porque me llené de responsabilidad y empatía.

Al otro día con la mente más clara, fui a comprar un pliego de papel craft, unos marcadores y decidí ser un hincha más del equipo para animar y apoyar al equipo.

"Un sueño que sueñas solo es solo un sueño. Un sueño que sueñas en equipo es una realidad." John Lennon

El trabajo siempre creo que es mirar hacia nosotros para reconocer que en algún momento hemos estado en los guayos de los jugadores de la sele:

Porque a todos alguna vez:

  • Nos ha ganado el enojo y hemos reaccionado instintivamente.
  • Se nos ha volteado el marcador en contra y hemos tenido que resolver en urgencia.
  • Nos hemos intimidado ante un tiburón, para sacar un negocio adelante porque no, no la creíamos.
  • Hemos estado viendo los toros desde la barrera, alentando a los nuestros y sintiendo la adrenalina, tanto como los que están en la cancha.

Hoy todos ellos nos enseñan algo para la vida misma.

Sin embargo, el jugador que más me llega al corazón y al alma, es James David.

Veo al niño cuando jugaba en la copa Pony Malta, con ese brillo en los ojos. ¡WOW!

¡Que ilusión, vernos ahí, todos!

Porque nunca es tarde para liberarlo y devolverle el brillo de sus ojitos.

Recuerdo cuando niña, veía a mi papá vestido de doctor y lo admiraba.

Anhelaba ser una doctora de pediatría.

Siempre sentí esa conexión con la niñez, poder servir desde ahí y aunque hoy en día no me veo vestida de doctora, ni lo elegiría, sí veo un camino de enseñanzas y aprendizajes en la infancia.

Y entonces...

¿Dónde quedó esa niña?

¿Dónde quedaron sus sueños, una vez salió del colegio a comerse el mundo, con la convicción de hacer de su talento su estilo de vida?

¿Todavía hay fuego en su alma? ¿Todavía hay vida en sus sueños?

O el sistema extinguió sus sueños porque las prioridades cambiaron, porque ya no hay tiempo, porque la vida es así…bla, bla, bla.

Hoy aprovecho y le digo a esa niña que todavía se pueden hacer las cosas, que nunca es tarde, que el tiempo es perfecto para todos.

Que, aunque el camino sea largo y con tormentas, el chiste siempre fue divertirnos; con lo que hubiera.

En el barrio, con los amigos de la cuadra, con canchas improvisadas y con la luna, como el único reflector y espectador del juego.

No era el trofeo en sí, no era la fama como tal, era lo intangible, lo experiencial, las sensaciones, la paz del disfrute sano.

Y cuando esté a punto de colgar los guayos, porque ya no pueda más, le volveré a recordar que:

  • Quienes creen en sus sueños, son quienes llevan a su familia, a su equipo y a su nación a ganar.
  • Quienes se mueven, insisten, tocan, confían, y procuran mantenerse en calor; su brillo y máxima expresión están siendo forjados de la mano de Dios.
  • La vida se trata de explorar y crear por el simple hecho de existir.
  • El éxito no es un destino, tampoco una copa, sino un camino, un recorrido, una aventura en equipo.

¡Nunca lo olvides Sophie!

¿Cuántas veces la mente toma el timón, sobre el corazón?

Creo que se trata de conectar ambas en la misma frecuencia y sintonía.

Así el alma decide.

Así nuestro niño nos devuelve la mirada porque se siente escuchado y vuelve a tomar el mando del timón que siempre le perteneció.

¡Ya ganamos cuando conectamos con ese niño!

"Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta." Carl Jung

El sentirte campeón y merecedor es adentro con tu niño y es durante la tormenta antes de llegar a la meta.

Miremos hacia adentro, hacia ese niño y hacia esos sueños que abandonamos a mitad de camino.

Porque más que admirar el talento de ellos, lo que admiramos realmente es su valentía, su coraje por no soltarle ni la mano, ni la mirada a ese niño hambriento de pasión, ganas y alegría.

Gracias Colombia, gracias mi sele por cada aprendizaje.

¡Ya somos campeones!