Si estuviéramos realmente despiertos, la figura del coach no existiría.

Pero como la realidad es otra, se requiere la mayoría de los casos de un coach que te guíe y te comprometa cueste lo que cueste; sin condescendencia pues te ve en tu grandeza y está igual de comprometido contigo en lograr esa meta extraordinaria, del punto A al B. 

El coaching no tiene nada de nuevo, enseñar con preguntas es un arte muy antiguo, Jesús lo hacía, nunca respondía directo, hablaba en parábolas, hacía preguntas que no contestaba, retaba con metáforas.  

Los grandes maestros orientales contaban cuentos sin explicarlos, le ponían al discípulo a hacer algo sin explicarle para qué y solo lo descubría después de hacerlo.

El coaching siempre ha existido, nunca llegó porque siempre ha existido.

Su misión es auténtica, con mucho contenido y valor. La visión final es que cada persona pueda reinventarse y eso no ocurre de la noche a la mañana, porque ni fácil ni mágico es.

El coach es un facilitador de toma de consciencia.

Es esa consciencia que te habla mirándote a los ojos, como si fuera tu espejo.

Es importante saber que un coach no te dará respuestas; como un consejo pues no es un consultor, no te va a juzgar pues no es un juez, no tomará decisiones pues no es tu padre. No te hará un psicoanálisis, pues no es psicólogo.

Te hace preguntas adecuadas en el momento indicado, es decir preguntas orientadas a la acción, para poder sembrar el beneficio de la duda y crear nuevas posibilidades en tu vida, que tú ni siquiera las imaginabas.

Se trata de aumentar la conciencia en torno al control de tu propio ego.

No es dar a las personas respuestas. Es más un descubrimiento guiado, donde se desarrolla una relación para que la persona que recibe el coaching pueda abrirse lo más que puedan y en esa medida encontrar respuestas más valiosas para su despertar y creación. 

Esa es la clave fundamental del coaching.

Se trata de apostarle a la mejor versión de ti

  • ¿Quién eres y a qué viniste al mundo?
  • ¿Por qué cargas con las expectativas de las personas?
  • ¿Y si te descubres y te enfocas en todo el poder que hay en ti?
  • ¿Y si renuncias a quién creías que eras y logras llegar al más salvaje de tus sueños siendo tu mejor versión?

El coaching que quiero implementar se trata de un descubrimiento guiado, para aumentar la conciencia en torno al control de nuestro propio ego.

Mientras un coach DT te dice lo que tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer, al igual que lo hace un maestro o un mentor, un asesor, un terapeuta, un psicólogo, etc.

Un coach de vida es un guía, quién te brinda una metodología, un acompañamiento, un soporte que te empodera y sostiene en cualquier momento, sin darte las respuestas.

Todo lo contrario; te cuestiona e incomoda con las preguntas adecuadas en el momento adecuado, pues todas están orientadas a la acción para activar recursos, superar limitaciones y encontrar tus caminos, tus propias respuestas.

Siempre el/la protagonista será la persona, porque son sus acciones y por lo tanto el mérito es 100% propio, lo que genera una sostenibilidad en el tiempo y unos resultados importantes.

Es un auto-descubrimiento donde hay opciones muy valiosas de acción durante el proceso porque al final cuando interiorizas, ser uno mismo es el regalo más grande que jamás hayas recibido y después el resto es tremendamente simple, sea lo que sea.

¿Cuál es el precio que vas a pagar por ser esa persona extraordinaria que puedes llegar a ser?

¿Estás dispuesto/a a pagarlo...AHORA?