Me elegí y fui a una cita conmigo.
Con mini Sophie.
Yo que le huía al conflicto afuera, adentro ya no había otra opción, que encarar.
Con mucho miedo, porque mi mente es bien calculadora - “me cuida”- y la mayoría de las veces toma las riendas.
Cuando no y decido desde mi corazón, entonces me alegro por no haberle hecho caso y voy disfrutando el camino, mientras recolecto evidencias de nuevos aprendizajes.
Así vamos ella y yo en un ejercicio constante de sí, pero no cuando se le antoje...sí, pero no a su manera...sí, pero en calma, en sabiduría y en consciencia cuando elija Yo.

Tengo muy claro que soy la fuente de todo lo que ocurre en mi vida y como voy a estar conmigo para siempre, vale la pena invertir en mí, en mi paz, en mi tranquilidad, en descubrirme y expandirme.
Hay miedos que ya he trabajado; unos que ya les despojé las capas inventadas por mí, desde mi inconsciencia y otros que apenas voy revelando.
Cuando miro adentro y alumbro, descubro cuales sí vale la pena trabajarlos y cuales no porque vienen de una expectativa externa, por lo tanto, no son míos.
Entonces decido quitarle el velo de mis heridas para que mi corazón se expanda.
Lo que genera que se abran nuevos caminos neuronales, que me permiten ver soluciones creativas a cualquier situación que esté viviendo.
Así que esta vez me fui de viaje con mini Sophie y ufff lo que viví fue mágico.

Aligerar la mochila
Yo aprendí a guardarme las cosas, para sentirlas cuando fuera el momento y para no incomodar a nadie.
Y así fui acumulando, como quien acumula poco a poco, para que sea casi imperceptible y por lo tanto cómodo, flexible, llevadero, silencioso, por más de que haya días en que todo pese más, pero me hacía la de la vista gorda.
Pero ¿Cómo no? si da muchísimo miedo perder lo que cargaba conmigo: una memoria, una amistad, un amor, una profesión, un trabajo, etc.
Sin embargo, creo que es un harakiri decretado porque todo lo que elegimos no sentir siempre va a tener poder sobre nosotros.
Porque ese inconsciente nos conoce tanto, que sabe que nos intimida y por ende nos domina.
¿Cómo?
Lo que pasa es que cuando evitamos sentir completamente una emoción retadora, negativa, o vulnerable, nuestra propia mente subconsciente nos irá acercando a experiencias externas que intensifiquen este sentimiento adormecido y pendiente para así afrontarlo, procesarlo e integrarlo en nuestra realidad.
El ser humano se aferra a lo cómodo, lo conocido, a vivir en su zona de confort e inventa excusas para no mirar hacia adentro, cuando todo va "Ok".
Y así vamos cargando con miedos, traumas, temas no resueltos, porque pensamos que no es tan importante, que en algún momento van a desaparecer.
¡Y no!
Resulta que lo que dejamos en el baúl del olvido, lo que no se alumbra, se entierra, se guarda, tarde que temprano sale y no de la mejor manera.
“Rompes el patrón sintiendo, expresando o el patrón te rompe a ti.”
Hace falta sentarte a meditar contigo, decirte la verdad, mirar tanto las cargas que necesitas dejar en libertad, como las que necesitas ponerle luz para transformarlas de pesos a soportes para tu vida.
Suena bonito y sé que no es para nada fácil tomar la decisión de ir a los lugares oscuros, pero la vida es tan sabía que nada te pone que no puedas gestionar y ella siempre encuentra la forma de aligerarse cuando confías en ella.
Dejar ir para recibir, porque si no hay lugar para lo nuevo, no hay manera de florecer.

¿Por qué le huimos a la transformación de nuestro ser?
Porque la transformación no es dulce, ni brillante.
Mas bien es un oscuro y nebuloso empujón doloroso.
Es un desvanecimiento de las falsedades que has llevado en tu cuerpo.
Un desarraigo completo antes de convertirte.
Sin embargo, siempre pregúntate lo siguiente:
¿Qué prefiero, el dolor de quedarme donde duele o el dolor del crecimiento?
Solo tú sabes cuando hay algo en tu interior pidiendo cancha; tal vez un anhelo, tal vez una ambición, tal vez un interés, que necesitas asumir porque es tu posible futuro.
Y sí da temor, pero el primer paso es no negarle la mirada, reconocerlo, hacerle espacio en el cajón de las cosas que te importan.
Con apertura, voluntad, a tu ritmo y respirando.
Porque para crecer es necesario ir mutando de piel y estar dispuesto a desaprender.
"No tienes que ver toda la escalera, sólo dar el primer paso." Martin Luther King

A tu alma no la puedes engañar, no la curas bebiendo, con las fiestas o persiguiendo personas.
Te curas haciendo el trabajo que es; sentado, acostado, de día o de noche, en grupo o solo, pero contigo, con tus pensamientos, a través de lágrimas, oscuridad y momentos difíciles.
Los medios y las herramientas muchas, pero es contigo, yendo profundo en donde está toda la M&#/#(“, es la única manera.
Y no olvides que el dolor es el reflejo más honesto del amor.
No sentirías tan profundamente si primero no tuvieras la capacidad de amar con la misma profundidad y eso es algo que debes abrazar en este mundo.
Amar en riesgo, es la única cosa donde no vas a perder y te hará infinitamente mejor, aunque no parezca al principio.
Nadie va a venir a rescatarte.
¡Solo tú!
Así que hazlo personal, sana por y para ti, crece por y para ti, mejora por y para ti.
Y agradece infinitamente por todo, por lo que no fue, por lo que está por llegar, porque todo incluido – aciertos y desacierto-, te han traído hasta aquí.
Así lo siento yo.
Ayana Ceremony

La medicina es para todos, pero el momento indicado para cada quien en esta u otra vida, depende de cada ser humano.
No cualquiera está preparado y es perfecto.
Sin embargo, en la medida en que nos demos cuenta de que cargamos con cosas, pesos o máscaras, que no somos y que nos desenergetizan, ya es un primer paso para cambiar la manera como operamos en la vida.
Por eso el momento es diferente para cada ser humano, no se trata de presionar u obligar a nadie.
Como dice Branden Collinsworth:
"La sanación no debe ser apresurada, debe ser sentida."
Saber con quién ir y a donde, cuando lo decides es la clave.
En mi caso yo fui a un lugar hermoso, donde todo era medicina; los alimentos, los músicos, el cacao, los olores, los honguitos, el sol, las montañas, las plantas, el agua, los sonidos, la palabra, los compañeros y las personas guías encargadas. ¡TODO!
¡Gracias me sentí cuidada y amada!

Yo pensaba que andaba tarde, a destiempo y que estaba sola.
Y entendí que son esas mismas cosas, las que había decidido desde mi inconsciencia, que me robaran mi libertad y mi autenticidad.
Pero no; voy a mi ritmo y me encanta lo que veo, lo que siento.
¡Elijo creer en mi magia y en mi potencial!
Para al final darme cuenta, que al otro lado del miedo esta lo mejor.
Lo que soy capaz; mi poder, mi luz, mi divinidad y mi unidad con todo porque nada está fuera de mí.
Fue un día inolvidable, donde me rendí, solté las riendas y confié.

Información vieja e información nueva con un nuevo nivel de consciencia y responsabilidad.
¡Fue mágico! Se trataba de confiar y respirar.
GRACIAS y que emoción el tener la valentía de existir para seguir conociéndome en este camino
¡Esto apenas comienza!
