El mundo nos ha hecho creer que la visión depende de los ojos, pero hay personas que nos demuestran que la verdadera claridad viene de adentro.
Alberto Carrillo @ciegovisionario es una de ellas.
Perdió la vista en un accidente de tránsito el 21 de mayo del 2006, pero nunca perdió el rumbo. Se convirtió en triatleta, conferencista y un líder que inspira a miles con su historia.
En esta conversación, Alberto nos comparte cómo ha aprendido a ver más allá de los límites, a soltar lo que pesa y a construir un camino sin excusas.
Hablamos de miedo, de incertidumbre y de cómo convertir los ‘no’ en impulso para seguir adelante.
Porque, al final del día, coincidimos él y yo que la vida no se ve… se siente.
Bienvenidos a esta conversación con el ciego que más lejos ha llegado, porque nunca dejó de mirar hacia adentro.

¿Cómo nació mi camino en el deporte y el triatlón?
Mi camino en el deporte comenzó en la pandemia con un propósito claro: ser más feliz.
No fue por una tusa ni por cambiar hábitos, sino por encontrar una nueva meta que me desafiara.
La inspiración llegó cuando una amiga cuadrapléjica me envió un video corriendo cinco kilómetros en Miami, entonces me dije:
Si ella puede, ¿por qué yo no?
Entonces empecé a correr sin saber en lo que me convertiría. Luego de completar una media maratón, fui a apoyar a mis amigos en un Ironman y al ver el ambiente, la energía y la disciplina de los triatletas, descubrí un propósito más grande. ¡Ser parte de esooo!
Para una persona ciega, el camino en el triatlón es un desafío extra porque no hay guías claras ni recursos accesibles, además desde conseguir una bicicleta doble hasta encontrar guías confiables, todo ha sido ensayo y error.
La inclusión real aún es un reto en Colombia y el mundo, ya que no basta con una rampa o un texto en braille; se trata de permitirnos ser parte activa de todo.
En el triatlón, la confianza en el guía es clave, pues en la bicicleta, literalmente pongo mi vida en sus manos y en la corrida, debo encontrar a alguien que pueda seguir mi ritmo, así que es un reto constante, pero también una lección sobre trabajo en equipo y superación.

Cuando pensé en rendirme, pero decidí seguir
A lo largo de mi camino deportivo, ha habido momentos en los que he querido rendirme; no solo en el triatlón, sino también en mi vida, como cuando tuve mi accidente y pensé en quitarme la vida.
Sin embargo, hubo algo dentro de mi que se despertó para seguir logrando cada meta que me propongo.
Uno de los mayores obstáculos ha sido el costo económico, pues si el triatlón ya es caro para cualquier persona, para un atleta con discapacidad lo es aún más.
Todo cuesta el doble; desde la bicicleta hasta los viajes, porque no solo debo pagar mi inscripción, sino también la de mi guía.
Esto lo hablaba recientemente, pues en Colombia hay triatletas que no han hecho un Ironman, no porque no quieran, sino porque no tienen los medios para costearlo.
Por eso, en toda Sudamérica, los triatletas con discapacidad que han logrado hacer un Ironman somos apenas tres, cuatro o tal vez diez en el mundo, no porque falte talento o determinación, sino porque las oportunidades son mínimas.
Amar mi propio camino: de la exclusión al éxito
Desde que me gradué de la Universidad de La Sabana, me di cuenta de que la inclusión es más un discurso que una realidad.
En varias empresas grandes me dijeron sin rodeos: "Aquí no aceptamos personas con discapacidad."
Así que tomé una decisión:
"Si nadie me contrataba, yo mismo me contrataría."
Empecé a dar conferencias, pero al principio eran esporádicas, luego en la pandemia, mi historia comenzó a ganar visibilidad pues compartía mis entrenamientos, hablaba sobre cómo un ciego logra completar un maratón y rompía barreras en el deporte.
El verdadero punto de inflexión fue mi primer Ironman en Cartagena, pues fui el primer ciego en Colombia en lograrlo, sin saber el impacto que tendría.
Ese día recibí más de 700 mensajes directos en Instagram; mi historia se volvió viral y al año siguiente me llamaron para dar muchísimas conferencias.
Aprendí que para ganar algo en la vida, hay que estar dispuesto a "sacrificar": dinero, tiempo y sobre todo ser muy perseverante.
Al final, todo cambio es difícil al comienzo, caótico en el proceso, pero preciso y mágico cuando llegas a la meta.

Confiar en el proceso y lanzarse sin miedo
Hace poco le decía a mi productor: "Tranquilo, lo que viene es bueno." y así fue, después de un mes sin conferencias, empezaron a llegar nuevas oportunidades.
Esto me ha enseñado que, para demostrar tu valor al mundo, primero debes creer en ti mismo por eso siempre le digo a la gente:
"Invierte en ti y lánzate"
porque definitivamente es mejor recibir un "no" que quedarte con la duda de lo que pudo haber sido.
No te quedes pensando que dejaste pasar el tren, súbete y descubre si era el tuyo o el siguiente.
Más allá de la vista: construir una verdadera visión
Muchas personas creen que la vista es la principal forma de percibir el mundo, pues con ella elegimos amigos, nos antojamos de un postre y tomamos decisiones.
Yo me di cuenta de algo poderoso:
"No tengo vista, pero tengo visión."
La vista nos distrae muchas veces; pasamos horas en redes sociales, procrastinamos, nos desviamos de lo importante.
En cambio, al no tener vista, mi enfoque es absoluto, porque si digo que estaré en un lugar a las 5 am, ahí estoy sin distracciones.
La verdadera pregunta sería: ¿Cuál es tu visión de vida?
No se trata solo de lo que haces, sino del propósito detrás de cada acción, en mi caso es demostrar que todos pueden convertirse en su mejor versión, que todos pueden ser un Ironman en su propia historia.

Camina con el miedo y lánzate
El miedo nunca desaparece, solo cambia de nombre, forma o tamaño, por ejemplo hoy puede llamarse crisis económica, mañana dudas sobre una inversión, pasado, inseguridad en la calle.
Para mí, el miedo es una señal de que estoy en el camino correcto, entonces digo:
"El día que deje de sentir miedo antes de una carrera o una conferencia, me cambio de profesión."
Porque si algo te apasiona, te desafía y si te desafía, te genera miedo por lo tanto es normal, así que no se trata de eliminarlo, sino de aprender a caminar con él.
La clave está en mirar tu pasado, no por lo que te pasó, sino por la persona, en quién te has convertido por ejemplo piensa en cada obstáculo que superaste: el examen que creíste imposible, el profesor que te hizo la vida difícil, la situación que parecía insostenible… y aquí estás.
Si ya pasaste por tanto y sigues de pie, ¿Qué te hace pensar que esta vez será diferente?
La evidencia está en tu propia historia, puedes con más de lo que crees y el secreto está en rodearte de personas que te impulsen, que te lancen cuando dudes, que te recuerden que “Del piso no pasas”.
Porque al final, la vida no es para guardarla como un Ferrari en el garaje por miedo a los rasguños, sino para vivirla, para lanzarse, para intentarlo todas las veces que sea necesario.
El que quiere, busca la manera y el que no, excusas.
Elige ser feliz y apuesta por ti
¡La vida es hoy! Es una frase que me repito constantemente porque me recuerda lo esencial:
"Todos los que se fueron hoy tenían planes para mañana."
A veces nos perdemos en pequeños dramas y olvidamos que lo que hoy nos aqueja, en algún momento fue un sueño cumplido.
Subimos la meta y de repente, lo que antes deseábamos con todas nuestras fuerzas se convierte en lo cotidiano, por eso, es clave recordar dónde estamos, cómo llegamos aquí y hacia dónde queremos ir.
Mis prácticas diarias me ayudan a mantenerme presente: el ejercicio, la lectura, los podcasts y, sobre todo, rodearme de personas que me ven por lo que realmente soy, no solo por lo que muestro en redes.
La vida siempre nos pone desafíos, pero también nos da oportunidades para elegir cómo enfrentarlos desde la gratitud, la humildad y la entrega.
Confianza, transparencia y reglas claras
La confianza no se compra, se construye y para que eso suceda, hay un ingrediente clave: la transparencia.
En mi experiencia con mis guías y entrenadores, la confianza se ha forjado con honestidad desde el principio, es decir nos decimos las cosas como son.
Yo les comparto mis metas y ellos me dicen si están listos para acompañarme o no, sin dramas, sin malentendidos, por ejemplo si no tienen el tiempo o la energía, seguimos siendo amigos, seguimos apoyándonos, pero cada uno sigue su propio camino.
En la vida pasa igual, a veces no logramos nuestras metas porque estamos cargando con personas que nos restan en vez de sumarnos.
Las reglas claras desde el principio evitan muchas frustraciones; ya sea en una amistad, una relación o un proyecto, asegúrate de que todos estén jugando el mismo juego, pues si tú crees que estás en una partida de monopolio, pero la otra persona está jugando a ludo, habrá problemas.
No es cuestión de ganar o perder, sino de alinear expectativas y ser honestos sobre lo que queremos porque al final, la confianza se construye en la claridad.
Nos cuesta dejar ir, pero aprender a soltar es clave para avanzar ligero.

Soltar para avanzar
En la vida, soltar no es perder, es liberarse.
Soltar puede significar muchas cosas: creencias limitantes, hábitos que ya no nos suman, personas que nos drenan, e incluso familiares cuya visión del mundo nos impide crecer.
"No significa que esas personas sean malas, sino que ya no vibramos en la misma frecuencia."
A veces, los propios seres queridos pueden ser quienes más nos limitan, por ejemplo escuchar frases como “No vas a llegar lejos” o “En dos meses estarás de vuelta” puede ser un peso difícil de cargar, pero ahí es donde radica el poder de soltar: dejar de buscar validación externa y demostrar con hechos, hasta dónde podemos llegar.
También hay que aprender a soltar amistades; hay personas con las que compartimos un tramo del camino, pero llega un punto en el que tomamos rumbos distintos, no hay resentimiento, solo evolución.
Cuando las conversaciones ya no resuenan, cuando los espacios que antes disfrutabas ya no te llenan, es señal de que estás creciendo y no necesitas una despedida dramática, solo reconocer que has cambiado y permitirte seguir adelante.
Y algo aún más importante, soltar la necesidad de explicar nuestras decisiones, pues no todos van a entender tu camino y está bien, creo que es mejor no contarle tus sueños a personas, que no se atreverían a dar el primer paso.
Cuida tu energía, elige con quién compartes tu visión y sigue avanzando sin miedo a soltar.
Rodéate de la energía que quieres atraer
El entorno influye en quién eres y en quién te conviertes, si quieres crecer, júntate con personas que reflejen ese crecimiento, pues la negatividad pesa más que la positividad, así que elige con intención a quién tienes cerca.
Las oportunidades no llegan solas; hay que buscarlas y seguir insistiendo, entonces si una puerta se cierra, toca otra.
"La vida es un juego de persistencia y conexión. Rodéate de quienes te inspiran, aprende de ellos y actúa."
Las circunstancias no siempre cambian, pero la actitud sí y con la actitud correcta, el mundo también empieza a cambiar.
Abrazar la incertidumbre y seguir adelante
La vida es una constante exploración, cada meta alcanzada es solo una montaña conquistada antes de mirar hacia la siguiente, por eso celebrar los logros es importante, pero quedarse demasiado tiempo en la zona de confort puede estancarte.
La incertidumbre es parte del camino y manejarla significa recordar todo lo que ya has superado, sin la garantía de si lo lograrás.
¡Nada está escrito! Ensayo y error es la clave del aprendizaje.
Como decía Churchill:
“El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.
Acumula rechazos, porque cada "no" te acerca más al "sí".

Atrévete a hacer el ridículo y sigue adelante
La historia que quiero dejar es la de alguien que nunca tuvo miedo de hacer el ridículo porque hacer el ridículo es, en realidad, atreverse a ser diferente.
Todos los grandes inventores y visionarios fueron ridiculizados al principio, hasta que el mundo los reconoció como genios.
Si el mundo fuera ciego, ¿Te lanzarías por tus sueños sin miedo al juicio?
No necesitas quedarte ciego para demostrar tu poder, por ejemplo, si tartamudeas, aún puedes impactar con tus palabras.
A veces, la vista nos distrae del verdadero propósito, pero la verdad es que la vida no se ve, se siente.
No esperes la perfección, sigue en movimiento, porque cada desafío es solo un nivel más en el juego de la vida.
Así que sal, equivócate, aprende y sigue adelante, porque la inspiración llega cuando te mueves.
"Roba más besos, aunque venga la cachetada, alguien te va a corresponder."
